Tarjeta amarilla

26 de octubre de 2020

TEMAS: Valor razonable

La semana pasada la reconocida calificadora de riesgo Moody’s reiteró la calificación de riesgo crediticia de Panamá en Baa1, dentro del grado de inversión. Sin embargo, cambió la perspectiva de esta de estable a negativa. Esto significa que estamos en la parte más difícil del juego y nos han sacado tarjeta amarilla.

Moody’s resalta que entre las razones para este cambio en la perspectiva está el rápido aumento de la deuda soberana y el aumento del déficit fiscal. Si ambos siguen esta tendencia, entonces llevaría a erosionar las fortalezas por las cuales le subieron la calificación el año pasado.

También citan otros retos de la pandemia como la contracción de la economía del 10% para este año, la disminución en los ingresos fiscales, mayor pago de intereses por aumento de la deuda y un deterioro en los números de la Caja del Seguro Social.

Una calificación crediticia es una opinión educada sobre la capacidad de pago sobre un emisor. El grado de inversión que ostenta Panamá es una de las principales razones que le permite acceder exitosamente a los mercados de capitales internacionales.

En la escala de Moody’s, la calificación de Panamá (Baa1) se traduce en que el emisor es un sujeto de riesgo moderado o medio.

La calificación mínima para tener el grado de inversión es Baa3. En Baa1, estamos dos escalones por encima del mínimo, por tanto todavía tenemos un colchón.
Por debajo de grado de inversión, un emisor es considerado especulativo y de alto riesgo. El cambio de perspectiva es una advertencia de que de seguir esta tendencia cabría la posibilidad de una rebaja en la calificación.

Llegar a caer por debajo de Baa3 o grado de inversión tendría consecuencias directas para nuestra economía.

El acceso a crédito se haría más difícil, tendríamos que pagar intereses más altos, menor capacidad de inversión para generar empleo, aumento en la desigualdad social y reputacionalmente no nos conviene.

Un ejemplo sería un inversionista extranjero que debe escoger un país donde invertir $100 millones para hacer empresa, pero por mandato solo puede entre los que tengan grado de inversión.

Si llegásemos a perderlo, no podrían considerarnos. Panamá goza de sólido acceso a los mercados de capitales, financiamiento a tasas bajas y buena percepción crediticia. Esto en gran parte es posible por tener el grado de inversión. Aunque todavía estamos dos escalafones por encima, no queremos en ninguna circunstancia que nos saquen del partido. La realidad es que hasta que no logremos incrementar los ingresos para que sean mayores a los gastos o logremos reducir los gastos para que sean menores a los ingresos, probablemente tendremos que seguir equilibrando el déficit con más deuda. ¿Y cuándo la repagaremos?

Editor: Álvaro Naranjo